¿Por qué ahora me pareces tan distinto?

Algo que ha resultado complicado en estos días es el tener que compartir con «el otro» y descubrir que «el otro» no es la persona que se pensaba era. Poco a poco nos fuimos dando cuenta que éramos unos perfectos desconocidos, compartíamos un parentesco, un mismo espacio físico, pero esa persona no era la persona que creíamos que era, la pensábamos distinta, en el trajín del día a día era muy reducido el tiempo que se compartía y se asumía que seguía siendo la persona que en algún momento conocimos.

Esto por más singular que suene, ha pasado a padres, hijos , hermanos, parejas, pues hace unos días, antes de el encierro, vivíamos en una burbuja de teatralidad, simplemente asumíamos roles según el espacio donde estábamos, ocupábamos un yo en el trabajo, un yo con la pareja, un yo con los amigos, etc. pero ahora que el escenario no cambia y las persona con las que tratamos son las mismas, es el momento de encontrar la repuestas a las siguientes interrogantes: ¿Quién soy? ¿Soy el mismo de hace un tiempo atrás?¿Cómo puedo ser más empático y comprender al otro?

Negarnos la realidad no ayudará, somos expertos en mentirnos a nosotros mismos y crear escenarios muy alejados de la verdad porque nos cuesta lidiar con la realidad, nos convencemos que somos una persona distinta o que en algún momento el otro será tal cual como queremos que sea, la verdad es que pasa el tiempo y como no vemos cristalizada esa idealización que creamos en nuestra mente, o somos confrontados a reconocer lo que es, simplemente nos decepcionamos.

Estamos todos en constante metamorfosis, no podemos esperar que las cosas permanezcan inmutables cuando todo esta cambiando. Es necesario quitarnos esas mascaras, mirarnos al espejo, definir quienes somos y cómo nos proyectamos en el futuro. El vislumbrar la persona que deseamos ser en el futuro nos ayuda a planear estratégicamente nuestra vida, a ser más enfocados y a no gastar tiempo, recursos y energías en cosas que no nos conducen a nada.

Si el otro no es quien tu pensabas que era, no te aflijas queriendo transformarlo en esa ideación de tu cabeza, más bien si es importante para ti acéptalo, la única manera que una persona modifique su conducta es que ésta asuma la responsabilidad sobre su presente y futuro, es una decisión personal.

Sí buscas inspiración, aclarar ideas, redefinir tu plan, ten presente que la naturaleza es el escenario perfecto, date la oportunidad de responder a su llamado, disfrutar del sonido del viento moviendo las hojas de los árboles, separado de todo, pero conectado con cada elemento. Disfruta de una bella lectura a la sombra de un árbol, camina descalzo sobre el césped, en completa paz y quietud, encontrarás la respuesta que buscas.

Tú eres responsable de tu futuro, no «el otro». En nuestra cultura, es común responsabilizar a los gobiernos, a la corrupción, a los maestros, a la pareja, al vecino, etc en vez de aceptar que la realidad que vivimos y que viviremos es así porque nosotros tomamos esas decisiones, y si no nos gusta debemos con valor realizar los ajustes necesarios en nosotros para que cambie.

Día a día asumimos retos, y debemos enfrentarlos con determinación, sin vacilación, paso a paso, te acercas a tu objetivo. Cada decisión, que tomas hoy está construyendo ese futuro que anhelas, que nada ni nadie te detenga es mi deseo querido amigo.

Un abrazo.

Ruta al Volcán Imbabura

Autor: María Fernanda Sánchez Ñacato