ENJAULADOS

Hace unos días, me he mudado de casa y una de mis amigas me ha regalado una hermosa pajarita, María Gracia; ella y yo, nos conocemos de a poco, pero me inquieta, que pese a estar la jaula abierta ella escasamente sale, o si la saco de la jaula luego de un tiempo ella vuelve sola y busca la manera de entrar nuevamente, es como si la libertad le resultara molesta e incomoda.  

María Gracia, es igual a muchas personas que viven enjauladas, no porque estén de forma literal tras las rejas, sino porque sus vidas están limitadas por varios tipos de jaulas, algunas físicas, otras mentales, algunas impuestas por la familia, amigos, pareja, iglesia, trabajo y otras impuestas por sí mismos, pero sin importar el tipo que sea, es triste habituarse a estar ahí y aún más el aferrarse a ellas por temor a salir y experimentar algo distinto.

Vivir enjaulado, se aprende lastimosamente, desde la niñez, en las instituciones educativas y hogares, donde se agrede la individualidad, creatividad, originalidad, espontaneidad, sinceridad y pensamiento crítico, por convencionalismos generalmente aceptados en el proceso de enseñanza aprendizaje. Con los años, tristemente, son adultos reprimidos, inseguros, manipuladores, maleables y llenos de carencias.

A los enjaulados, su situación no es clara, se piensan libres y satisfechos, porque es tan parte de ellos, como lo es la forma rutinaria de vivir, los temores que no los permite avanzar, los prejuicios que les impide abrirse a nuevas formas de pensar, la soledad que cala los huesos pero que no expone sus inseguridades y carencias, la soberbia que nubla la visión de lo que es realmente importante e imperecedero, están tan habituados, que cualquier especie exótica desenjaulada, les incomoda y lo más práctico es juzgarlos severamente, etiquetarlos y enjaularlos para que sean como los demás.

Enjaular, es más común de lo que pensamos, está en el día a día, en esas miradas que juzgan y lastiman más que un cuchillo, son esos silencios prolongados, que te hacen cruzar un laberinto para descifrar lo que pasa por su mente y corazón, hasta poder estar junto a esa persona que ahora condiciona la manera de dirigirte a ella, son las distancias impuestas y no aclaradas, como desiertos que debe atravesar como penitencia el otro para merecer una palabra de la otra parte, son aquellas audiencias en las que minuciosamente programas el tiempo que le permites al otro interactuar contigo o su entorno, atormentando y limitando su espontaneidad, son las caricias frías y o la falta de ellas, con las que se pretende marcar cierto control y aire de superioridad en la relación, es el tono de voz con el que se da la respuesta, invalidando la opinión del otro, es soltar la mano del otro solo porque no es lo que los otros catalogarían aceptable para ti, sometiéndolo a vivir en las sombras, pese a ser quien trae refrigerio y alivio a tu solitaria alma.

Nadie debería creerse con el derecho y autoridad de enjaular a nadie, sin importar su posición económica, educación, edad, religión o relación con el otro, este debe respetar y aceptar al otro tal como es, pues querer cambiarlo, es violentar e invalidar a la persona que tiene al frente. Así mismo, todo aquel que está enjaulado, debe ser consciente de su realidad, para provocar un cambio en su vida, tiene la obligación consigo mismo, de decidir ser valiente, levantarse y transformar su estado de cautiverio en uno de libertad, nadie puede hacerlo por el, debe asumir su responsabilidad en la situación que está atravesando y cambiarla si eso es lo que desea. La libertad se conquista, y se asume las consecuencias de ella en la cotidianidad.

Autor: María Fernanda Sánchez Ñacato

6 comentarios sobre “ENJAULADOS

  1. La libertad se defiende, no es dádiva de nadie, excelente su ensayo, cuando la juventud despierta del letargo en que nos tiene sumido esta sociedad de consumo, se producen artículos de la valía y talentosa narrativa.

    1. Nicolás, me siento muy agradecida contigo por haber sido merecedora de tu tiempo para leer y comentar mi publicación. En este espacio eres siempre bienvenido. Recibe un abrazo, desde Quito – Ecuador. Mafer !

  2. Gran mensaje querida Mafer.
    Romper nuestras jaulas es un trabajo duro y diario, a veces lo alcanzamos, en otras ocasiones no, sin embargo mantenernos conscientes de cómo vivimos , nos alienta a ser mejores.

    1. Querida Tati, estoy de acuerdo contigo, el primer paso a la libertad es ser consientes de la situación, luego de poco iremos construyendo el futuro que queremos. Con la bendición De Dios es posible. Un abrazo grande

    1. Así es, frente a un mundo lleno de posibilidades y oportunidades nos conformamos a vivir limitados porque es más cómodo por los prejuicios que habitan en nuestra mente. Por suerte ser conscientes de esto es el primer paso hacia la libertad. Muchas gracias por leerme. Un abrazo, Mafer

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